
Bicentenario, este septiembre cumple el país dos siglos de vida independiente como República y se celebra con todo. Cuatro días feriados, 4 días de fiestas, de asados, chicha, vino, de un cuanto hay, acompañado de cuecas y cumbias. Banderas flameando al viento de la cercana primavera.
El gobierno despliega toda la propaganda en torno a la unidad de la Nación Chilena y los éxitos de la actual administración y destaca las grandes obras que se han hecho durante estos 200 años.
Se inaugura el Centro Cultural Gabriela Mistral, pero no se invita a la ex presidenta, cuando en su administración se construyó. Se izará una bandera gigante, acto al que se ha invitado a grandes personalidades. Se puso el monumento de don José Miguel Carrera junto al de O’higgins, para terminar con la vieja disputa entre Carreristas y O”higginistas. Todo sea por el bien de la Patria dirá más de alguno.
La TV transmite todos los días, casi media hora sobre la operación de rescate de los 33 mineros. Todo el país espera que puedan ser rescatados sin problemas, pero no hay que olvidar que los dueños de la mina no respetaban los derechos laborales. Lamentablemente ello se repite con muchos otros trabajadores.
Con toda esta fanfarria el gobierno quiere que pasen desapercibidos los grandes problemas que tiene el país.
La gigantesca desigualdad social, cada vez más profunda.
La inoperancia en la reconstrucción después del terremoto y maremoto del 27 de febrero.
Nada se dice a nivel oficial del aporte realizado por los trabajadores en la construcción de la Patria, sobre todo en el siglo XX. Nada se dice de Luis Emilio Recabarren, a quien el Cardenal Silva Henríquez llamó Padre de La Patria, con justa razón. La historia no se puede ocultar.
Los trabajadores tienen mucho que celebrar y conmemorar en este Bicentenario.
Ellos fueron un gran aporte en el triunfo del Frente Popular en 1938, que llevo a la presidencia a Don Pedro Aguirre Cerda. Gobierno que inicia la industrialización del país. Se creo la CORFO, que dio origen a la CAP, ENAP, ENDESA entre otras empresas nacionales.
Fueron el motor de los cambios, que permitió el triunfo de la Unidad Popular donde partidos y movimientos marxistas, cristianos y laicos trabajaron juntos. Este fue el gobierno que recuperó las riquezas nacionales para el país. El cobre que fue llamado el sueldo de Chile y hoy con las ganancias de CODELCO se ha podido evitar un daño más profundo debido a la crisis mundial del sistema neoliberal.
Junto a los trabajadores, estuvieron los mejores intelectuales, escritores y poetas, como Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Violeta Parra y Victor Jara por nombrar a algunos.
También hoy se ha tratado de silenciar la huelga de los comuneros mapuches que lleva 57 días, en lucha por sus derechos conculcados desde el nacimiento de la República. Hoy como ayer exigen el derecho a la autonomía, a la devolución de sus tierras, al derecho de su propia cultura.
Hoy día los trabajadores quieren ser protagonistas en la lucha por constituir un gobierno de nuevo tipo, trabajando por las grandes mayorías que son explotadas por el sistema neoliberal que nos rige y que no ha sido capaz de resolver los grandes problemas de nuestro país.
Sólo la convergencia más amplia permitirá la recuperación del cobre, salud, educación para ser un país con menos desigualdades y mayor democracia.
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