
La huelga de los presos políticos mapuches se prolonga demasiado. Las autoridades aún no resuelven si aceptan algunas de las peticiones planteadas por los mapuches, que son de todos conocidas. La mayoría de ellas las puede resolver el gobierno si tuviera la voluntad política para llevarlas adelante.
Hay que dejar de lado la aplicación de la ley Antiterrorista herencia pinochetista a las movilizaciones sociales, sólo se pretende criminalizar la protesta social.
Al parecer muchos de los incendios son hechos por personas interesadas en que se reprima, en que el conflicto se acentúe, impedir que los mapuches logren recuperar sus tierras.
Preocupa que muchos de estos atentados de realizan en predios que están custodiados por la policía, con sus retenes móviles, y rara vez se encuentran los culpables. Los fiscales actúan ante la exigencia del gobierno de imponer el orden y mano dura en contra de la delincuencia. Se detiene a campesinos mapuches y por medios de testigos protegidos, como aquel que mostró Televisión Regional se les acusa. Luego de meses de cárcel salen en libertad, por que las pruebas no son convincentes.
Los dirigentes mapuches plantean la necesidad de una mesa de dialogo de alto nivel, para allí estudiar una salida política. Para ello sólo se requiere voluntad, pensar en el país, en la región que es una de las más atrasadas. No saldremos de los últimos lugares en educación, cesantía, pobreza si se mantiene y se profundiza la actual situación.
Las organizaciones sociales de trabajadores, partidos políticos, organizaciones culturales deben exigir la mesa de dialogo, sin imposiciones, sin descalificaciones.
El Gobierno tiene el deber de conversar directamente, sin intermediarios, determinar un Ministro de tal forma de evitar las gestiones dilatorias. No esperemos que se produzcan muertes. En las manos de las autoridades esta evitar mayores daños y tragedias.
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