
Los guardianes de la democracia se salen de las casillas y acusan a diestra y siniestra, califican de terroristas y antidemócratas, a aquellos que pretenden cambiar el sistema neoliberal y a los pueblos originarios que luchan por su tierra y sus derechos conculcados.
¿Quiénes son estos garantes? La mayoría es de la UDI, partido que nació bajo el amparo de la dictadura de Pinochet. Muchos de ellos participaron en el gobierno dictatorial, en altos cargos como Jovino Novoa entre otros, hoy senador de la República.
Jamás se ha escuchado que alguno de ellos pidiera una investigación sobre la violación de los DD.HH. en nuestro país. Tampoco se han hecho partícipes de las querellas que presentan familiares de detenidos desaparecidos.
El dossier que se dice entrego la Justicia colombiana supuestamente involucra a mapuches militarmente formados por las FARC la guerrilla colombiana. Ahora el Diputado Melero de la Udi, acusa a los diputados comunistas, Teillier y Carmona como colaboradores de la FARC
Igual que en los tiempos de Pinochet, al enemigo interno, es el pueblo chileno, los trabajadores, los mapuches.
La derecha no quiere diputados comunistas en la cámara, porque llevan allí los problemas del pueblo, de los trabajadores, de los mapuches, de los estudiantes.
La derecha quiere impedir que surga un movimiento capaz de ampliar la democracia, de cambiar la Constitución pinochetista, de transformar el sistema neoliberal por una sociedad más justa y equitativa. Ese es su miedo.
Ahora sale a la palestra el Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter que dice no conocer el dossier, pero exige que los diputados comunistas den explicaciones a sus pares. Aunque su deber es esperar el veredicto de la Justicia chilena y no dar por verídicas las acusaciones que hace una Nación extranjera.
Sin embargo no dice una palabra sobre la huelga de hambre que realizan los mapuches exigiendo solución a sus problemas. Dicha lucha tiene más repercusión en el extranjero que en nuestro país.
La cesantía ha obligado a un campesino de la comunidad Juan Marín, de Vilcún, a trabajar en la mina San José, donde esta atrapado con sus 32 compañeros mineros. Un dirigente minero dijo “estamos vendiendo cobre manchado con sangre”.Los trabajadores saben que no se cumple con la seguridad en las minas, pero la necesidad de llevar el sustento a sus hogares los obliga a trabajar en esas condiciones.
Hoy vemos más que nunca la necesidad de construir una sociedad de nuevo tipo, sabemos que el camino no será fácil, los escollos que encontraremos en el camino serán muchos, pero el convencimiento de nuestro objetivo nos permitirá superar las dificultades.
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