
La gran tragedia del golfo de México, nos demuestra la fragilidad en que se sustenta la vida, y la gran producción de petróleo. Una de las torres se hundió, ¡se rompió!, ¿Qué paso? ¿Fatiga del material? ¿Falta de control? ¿No se gasta en mantención?
Como resultado del desastre ecológico, el oro negro cubrirá gran parte de la costa de EE.UU. El daño es de una magnitud incalculable.
La nación más poderosa del mundo, que tiene bases militares por toda la tierra, que sostiene dos guerras abiertas, en Irak y Afganistán y la subversión encubierta en varios países de A. Latina, aún no es capaz de apagar el escape de petróleo. Esto indudablemente afectará, no sólo la economía de EE.UU. sino de toda la región que habita el golfo.
El señor Obama, reacciona tarde, al igual que Busch con Katrina y según los expertos sólo dentro de 90 días podrán cerrar el escape, mientra la mancha viscosa se extenderá por todo el golfo, afectando a otros países, que no tienen los medios requeridos para controlar tamaño desastre.
Este fue uno de los temas que se conversó en la Cumbre sobre la madre tierra en Bolivia. ¿Es posible seguir explotando la tierra, hasta que esta muera? Los daños no sólo afectan a los seres humanos, sino que ha todo ser vivo. Si el cambio climático continúa con la velocidad actual todas las especies desaparecerán, no de un momento a otro, sino que progresivamente
El incidente se inició el 20 de abril pasado, tras la explosión de la plataforma de exploración Deepwater Horizon de la compañía British Petroleum. Hasta el momento, 11 trabajadores se encuentran desaparecidos. Al parecer la muerte de estos trabajadores no tiene importancia, son los costos colaterales.
La actual producción capitalista, que produce sólo para el mercado, es incapaz de tener en cuenta los intereses de la humanidad, de tal manera que la depredación de la naturaleza es un hecho que aumenta, de acuerdo a los intereses de los grandes monopolios.
La bombas atómicas son capaces de destruir varias veces la tierra, haciéndola inhabitable para todas las especies, son un peligro latente.
Lamentablemente la ciencia y la tecnología no se ponen al servicio del hombre sino para producir dinero para unos pocos. Por fallas humanas o técnicas se puede provocar grandes daños a la naturaleza que después nos pasa la cuenta.
Estamos en peligro, tenemos que unirnos para detener esta locura. Debemos hacer primar los intereses generales de la humanidad, a los intereses particulares de los grandes monopolios.
Es necesario que discutamos hacia donde queremos llegar. Que mundo queremos legar a las generaciones futuras.
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