domingo, agosto 09, 2009

El imperio contraataca




Las cosas van quedando de meridiana claridad. El imperio con o sin Obama, esta dispuesto ha impedir el desarrollo independiente de los países al sur del río Grande.
El montaje del presidente Uribe de Colombia, afirmando que Venezuela entregó o vendió armas a las FARC es para justificar en parte la entrega a EE.UU. de siete bases colombianas. Tres bases de la Fuerza Aérea, dos de la Marina y dos de tierra. Las principales son Apiay, Malambo, Palanquero, Cartagena y Bahía de Málaga.
Estas bases que vienen usando desde hace tiempo y ahora que el gobierno de Ecuador soberanamente exigió la salida de los yanquis de la base de Manta, obtienen siete de manos de Uribe.
¿Para que los yanquis quieren estas bases en el corazón de America?: Simplemente para imponer su política a los países de la región, aunque digan que es para combatir el narcotráfico.
En realidad el problema es el siguiente, en América latina hay un proceso muy profundo de cambios, los pueblos desean otro destino, quieren cambios de constituciones, porque las actuales no los representan. El pueblo quiere participar, construir una sociedad más justa y equitativa. Terminar con la tremenda desigualdad social, salvar la tierra de la destrucción debido a la sobreexplotación de los recursos naturales. Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Cuba; marchan cada uno por su camino a la conquista de una sociedad mejor. En Honduras, su Presidente y las organizaciones sociales quieren cambiar la Constitución y solucionar los graves problemas de pobreza que vive el país.
Por eso se dio el golpe militar contra el pueblo hondureño. Naturalmente dirigido por la embajada yanqui en Tegucigalpa y ahora se quiere impedir que otros pueblos intenten algo parecido. Es una advertencia a los pueblos que quieran acabar con el sistema neoliberal de dominación. Las bases en Colombia no son una casualidad.
Gobiernos democráticos, como Uruguay, Brasil se oponen a bases extranjeras en Latino América. Nuestro Gobierno, dijo en cambio que nuestro país respetaba las decisiones internas de Colombia. Se debió agregar que estas decisiones ponen en peligro la estabilidad de la región.
Si queremos defender la paz en la región, ningún gobierno debiera aceptar bases extranjeras en sus territorios.
En realidad ninguno de estos países desea una guerra. Una guerra traería terribles consecuencias, destrucción, hambre, más miseria, plagas, un gran retroceso.
Debemos solidarizar con más fuerza con el pueblo hondureño, ya que la defensa de la democracia de ellos es defender nuestra democracia.
La solución de nuestros problemas, no pasa por el armamentismo, por comprar armas. Sino gastar más en educación, en salud, invertir en calidad de vida, desarrollar la agricultura, cuidar el agua, evitar los desastres naturales, impedir el cambio climático. Sólo con paz se pueden construir y desarrollar los países.

No hay comentarios.:

La derecha y sus cuentos