El negocio de la educación

Loa medios de comunicación nos hablan de un nuevo escándalo en el sistema educacional, ciento de millones mal habidos. La oposición hace su agosto, acusaciones, interpelaciones, renuncias, tribunales de disciplinas ¿Dónde están los responsables políticos? ¿Cómo es posible que pase esto? Se habla que el cambio de la ministra y de todos los que trabajan en el ministerio de educación arreglará esta corrupción. ¿Son los hombres o es el sistema?
La revolución de los pingüinos en 2006 pedía el cambio de la Loce, de todo el sistema educativo, pedía volver los colegios municipalizados al Estado, terminar con los sostenedores. Nada se hizo al respecto y después de meses todo el trabajo de la comisión asesora fue borrado de una plumada. El gobierno llegó a acuerdo con la Alianza y todo quedó igual.
La educación es un negocio, ya que cuando los colegios pasaron del ministerio a las municipalidades los sostenedores comenzaron a recibir el dinero para la educación. Estas personas en su mayoría no están preocupadas de sus estudiantes ni de los profesores, sólo les preocupa el obtener ganancias. Existen excepciones, pero con las excepciones no se construye un país.
El Estado cada vez gasta más dinero en educación, pero la educación no mejora, los controles casi no existen y los escándalos continúan.
La única manera de mejorar esto es que la educación vuelva a depender del Estado y así cumplir con la obligación de entregar educación a todos los chilenos. Para ello el ministerio de educación debe jugar un papel relevante. Los colegios privados tienen el derecho a existir, pero deben financiarse ellos mismos, sin recibir ayuda estatal, igualmente las universidades privadas, que son en gran parte financiadas por el Estado.
Si esto continúa así, sólo las personas que cuenten con dinero tendrán una buena educación, en las poblaciones los jóvenes como dice la canción de “Los Prisioneros” seguirán pateando piedras, esa es la realidad de hoy día.
La Alianza sólo esta interesada en la posibilidad de ganar el gobierno, no en mejorar la educación.
Los jóvenes que son los afectados y sus padres deberán seguir luchando, recibirán el apoyo de quienes queremos un Chile mejor.