jueves, enero 31, 2008

Un muchacho del Siglo XX

Los hombres y mujeres, dejan su huella a su paso por la tierra. En algunos casos su recuerdo es por poco tiempo, pero hay otros en que sus huellas son perdurables en el tiempo, y difíciles de olvidar.
Entre ellos esta Volodia Teitelboim, que jugó un papel relevante en todas las esferas de la vida, con singular éxito.
En el caso de Allende y el Che, los admiro por su consecuencia revolucionaria, que los llevó a sacrificar sus vidas por el bienestar del pueblo. En el caso de Volodia también hay una consecuencia con las ideas que mantenía.
Volodia comprendió temprano que la unidad de los trabajadores era lo más importante, que la fuerza del pueblo era la organización y movilización, que sin lucha no se consigue nada.
El, con otros compañeros, ayudaron a mantener su Partido cuando nadie daba nada por la revolución, cuando cayó la URSS y otros países socialistas, a muchos se le cayeron las catedrales, creyeron que el barco estaba sin timón y pasaron con camas y petacas al reformismo. Era una lucha realmente épica y Volodia fue unos de los pocos que mantuvo en alto la bandera de la revolución.
Explicando lo que había que hacer, explicando la necesidad de un movimiento amplio, en que estuvieran todos los que de una u otra manera son explotados por el sistema neoliberal, la necesidad de fortalecer las organizaciones de los trabajadores, hacer de la CUT una organización capaz de influir en la vida política nacional, de luchar por el reconocimiento de los pueblos originarios.
Se distinguió como escritor, famosa es su novela “Hijo del Salitre” sobre el nacimiento del movimiento obrero en Chile. Entre sus biografías, podemos nombrar las realizadas sobre Gabriela Mistral, sobre Pablo Neruda, sobre Vicente Huidobro y otras
Fue director del diario El Siglo, de la revista Araucaria, famoso fue su programa “Escucha Chile” desde Moscú, que ayudó a articular la lucha contra la dictadura. También fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.
Pienso que el siempre estará presente en la lucha por un gobierno democrático, cuya tarea principal sea el bienestar de los hombres. Decimos adiós a un muchacho del siglo XX.

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