Referendum

Después del referendo en Venezuela, en que triunfo el no, por mínima diferencia, todo el mundo sea ha creído en la necesidad de entregar sus conclusiones. Aseguran algunos que si no se toman medidas de fondo, el proceso bolivariano será derrotado. La reacción en Chile apuesta a que la derrota de Chávez es inevitable. Cada uno, dependiendo del cristal con que mire, se cree con el derecho de determinar cual debe ser el futuro de Venezuela.
Pocos han destacado, que hubo una elección, totalmente democrática, que fue supervisada por centenares de destacadas personalidades extranjeras, que sostienen que el proceso electoral fue un ejemplo, que no hubo anormalidades ni fraudes.
Se sometió a la discusión y aprobación cambios a la constitución. Estos fueron consultados a todos los venezolanos, que debían decidir, si o no. Este es el hecho fundamental, se consultó a la gente sobre cambios que los pueden afectar su vida.
En nuestro país, desde hace tiempo existe la necesidad de cambiar la Constitución impuesta por Pinochet, por una que tenga en cuenta la diversidad y la participación de todos los chilenos, que reconozca a los pueblos originarios, que reconozca que somos un Estado plurinacional, que los dirigentes sindicales y pobladores puedan ser elegidos como senadores o diputados.
Terminar con el sistema binominal, que permite que los dos bloques mayoritarios busquen consensos para gobernar, en favor de los grandes empresarios
Los cambios hechos a la constitución, son cambios en que se han puesto de acuerdo la Concertación y la Alianza, entre gallos y medianoche, que de ninguna manera han democratizado el país y que permiten los enclaves pinochetistas de poder.
Los demócratas chilenos estiman que es perder el tiempo consultar a la gente los problemas que afectarán su forma de vida, aquí las cosas se hacen teniendo en cuenta solamente los intereses de los grandes empresarios y de las trasnacionales.
Ahora vienen elecciones y las promesas vuelven con fuerza, cada candidato, promete el oro y el moro. Debiera haber una ley que revoque el mandato de aquellos que no cumplen sus promesas. Claro que esto en Chile es pedir demasiado.
Los propios venezolanos encontraran la forma de llevar su proceso adelante, ellos decidirán en forma democrática como continuar su camino al socialismo. Lo que la izquierda y los demócratas deben hacer, es impedir que el imperialismo intervenga en los asuntos internos de los venezolanos. Ellos necesitan solidaridad y no a la intervención extranjera.