viernes, septiembre 21, 2007

La celebración

La semana más larga de Fiestas Patrias ha terminado por fin. El chauvinismo se hizo presente, día y noche en radios que trasmitían música folclórica, que el resto del año pasa desapercibida. Las autoridades se vistieron de huaso o china según fuera el género y algunos con entusiasmo digno de mejores causas, bailaron la cueca, baile nacional.
El amor a la Patria surgió de todos lados. Los mismos que firman tratados que están terminando con nuestra agricultura, se vistieron de huasos, bebieron chicha de uva. Los mismos que firmaron el tratado con la Barrick Gold, que permitirá la destrucción de tres glaciales, Toro 1, Toro 2 y Esperanza. Y que autorizaron a Celco para que instalara sus papeleras, una en el Río Mataquito, que destruyó, contaminó las aguas y el río Cruces en Valdivia, festejaron con todo el aniversario patrio.
Después del 11, ante los violentos sucesos, en que participaron muchos niños y jóvenes, los especialistas, los sicólogos, sociólogos dijeron esto se debe a que la juventud no tiene perspectivas y no participa o no le toca parte del progreso del país. Esto fue los primero días, ahora es diferente, el garrote es lo importante.
El Gobierno y la Alianza, proponen nuevas medidas para poner a buen recaudo la delincuencia y violentistas. Mas fuerzas represivas, más dureza en la aplicación de las leyes, más cárceles y ¿donde están las medidas que permitan la integración de la juventud?, ¿donde las expectativas de trabajos y sueldos que permitan vivir humanamente?. Los que crean las iniquidades, los que sostienen el sistema, ven como única solución la represión a ultranza.
¿A que se debe esta alianza entre representantes del gobierno y la derecha pinochetista? A que, desde un tiempo a esta parte, un nuevo factor ha entrado en juego, los trabajadores, que comienzan a tener conciencia de sus derechos y que ya han librado importantes batallas, como los trabajadores forestales y los contratistas del cobre. El 29 de agosto la CUT llamó a una movilización que convocó a miles de trabajadores, hombres y mujeres, a pesar de las medidas represivas que tomó el gobierno.
Este es el principal motivo para armar a la fuerza policial, la posibilidad de que los trabajadores sigan exigiendo sus derechos. No es la delincuencia que los asusta, sino el movimiento de los trabajadores.
Ante esto es necesario luchar por ampliar la democracia, terminar con el sistema binominal, actuar políticamente para lograr una mayor participación de los trabajadores en los destino del país. Los trabajadores son los únicos capaces de cambiar el sistema. Para ello se necesita unidad y más organización, capaz de aglutinar a la mayoría. ¡Las alamedas hay que abrirlas!

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