Primer año
Algunos celebran, otros conmemoran el primer año de gobierno de la Presidenta Bachelet y el resto dicen no tienen nada que celebrar. Así que todos hacen su balance y éste es de acuerdo con el cristal con que se mire. La derecha conservadora (UDI) habla de un año perdido, pero como siempre se olvidan, por que los grandes consorcios obtuvieron ganancias extraordinarias, para ellos no fué un año perdido. Cuando se trata de populismo la UDI no se anda con chicas y habla en general.
El pueblo es el que sufre la falta de un programa social coherente, de falta de dignidad, trabajo, salud, educación. Es muy posible que se tenga intención de hacer algo por la gente, pero nunca las buenas intenciones dan algún resultado positivo.
En RN fueron más cautos, saben a ciencia cierta que el sistema favorece a los grandes empresarios, critican naturalmente, sobre todo lo que llaman una mala gestión y una falta de liderazgo de la Presidenta.
La Concertación, con sus disputas internas por cargos más y sobre todo quién tiene el derecho a llevar el próximo candidato presidencial, sacan cuentas alegres. Todo va bien, sólo falta ajustar algunas cosas. Si el candidato es de mi filas mejor para la unidad. Todo irá sobre rieles, aunque algunos, sobre todo en la DC, tratan de apropiarse de lo bueno que hace el gobierno y separan aguas en las cosas malas. Están en el gobierno, pero no se responsabilizan por nada.
Los que pensaban que este iba ha ser un gobierno distinto, más preocupado de la gente, se dan cuenta hoy, que es más de lo mismo, que no bastaba la sensibilidad de una mujer para cambiar la esencia de los gobiernos de la Concertación. Lo que había que mirar era quien estaba detrás de la candidata, para predecir que tipo de gobierno íbamos a tener.
La movilización de los pingüinos, los alertó y se pusieron a trabajar para bajar el perfil de las demandas estudiantiles, que de hecho se habían convertido en demandas de la mayoría de la población. El cambio de la Loce aún no se realiza, se demora su derogación.
La idea de mejorar el sistema de pensiones, duerme el sueño de los justos, no hay proyecto y la idea que ronda es introducirles modificaciones, pero no cambiarlo por otro que en verdad tenga en cuenta los intereses de los trabajadores. Quienes seguirán ganando serán las AFPs.
Los bajos salarios y la cesantía que es estructural, ni siquiera están en tabla. Las grandes expectativas que se hicieron la mayoría de los chilenos, en que vendría un gobierno que terminara con las tremendas desigualdades existentes, se están desvaneciendo, esfumándose.
Ni siquiera el gobierno tiene idea de que para poner coto a la cesantía, es necesario levantar empresas nacionales, capaces de brindar trabajo estable y mejores salarios. Esto según dice la oposición nos llevaría a los nefastos días de la década del 60, de la Unidad Popular. Sólo los privados tienen la capacidad de llevar adelante la “modernización” del país y como no, si sus empresas obtienen pingues ganancias.
Se seguirá aplicando hasta las últimas consecuencias el modelo neoliberal.
Pero el pueblo algo tiene que decir, ya hay protesta por la aplicación del Transantiago, que ha resultado un fiasco y de a poco la gente se va dando cuenta que es necesaria la unidad, que los problemas afectan a todos, independientemente del color político, religioso o étnico.
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