Crónica de un fracaso anunciado
A grandes males, grandes soluciones. Dice el refrán. Es lo que pasa hoy en Santiago. Se creó el plan transantigo de la locomoción colectiva, que según los expertos es la forma de resolver el caos que existía en Santiago.
Lo que uno no sabe que tuvieron en cuenta para llevarlo a cabo, o más bien sospecha que primó los intereses económicos de grupos empresariales poderosos. Hay varias preguntas que la gente puede hacerse, una de ellas es si se tuvo en consideración el crecimiento de las grandes urbes latinoamericanas o sea construir donde puedas y hasta donde puedas, todo sin una idea lógica de urbanismo y desarrollo sustentable, para hacer ciudades para seres humanos.
Los españoles cuando llegaron y fundaron ciudades, lo hicieron dividiendo el terreno en cuadras, con sus calles bien delineadas, esto fue hasta cuando llego la industrialización, que hizo que las ciudades tuvieran un crecimiento explosivo de habitantes, que no encontraron viviendas y nacieron las poblaciones callampas, las villas miserias, las fabelas, lugares insalubres, donde la gente vivía en la más grande miseria. Las ciudades crecieron desordenadamente. Los pobladores en Chile iniciaron la toma de terrenos desocupados, en una lucha heroica para construir la añorada vivienda propia, La Victoria, La Legua, 26 de julio, Herminia de la Victoria, entre otras y la ciudad siguió creciendo.
Luego vinieron las inmobiliarias, que construyeron barrios en tierras agrícolas. La ciudad volvió a crecer en forma desordenada. El sistema de locomoción se desarrollo teniendo en cuenta este crecimiento, de tal manera que los recorridos se alargaban de un extremo a otro de la ciudad. Para ir al trabajo un par de horas en las micros.
Hoy con este plan “transantiago” se ha querido eliminar esto, los grandes recorridos, según los expertos del gobierno y la empresa privada. La gente se levanta más temprano y los recorridos se han complicado. En vez de tomar una locomoción hay que hacer trasbordos, una, dos veces o más, lo que inevitablemente prolonga el tiempo de recorrido y el costo del transporte.
Muchas poblaciones quedaron sin locomoción, o lo que en el leguaje técnico se denomina los buses alimentadores, así que hay que hacer grandes caminatas para llegar a los paraderos. Y aunque amplíen el número de máquinas, el problema seguirá igual o peor.
Vendrán otros problemas, sobre todo la segregación. Muchas familias no podrán salir de sus poblaciones, el costo de trasladarse de un lugar a otro será demasiado alto.
La alianza entre el gobierno y la empresa privada, para llevar adelante este proyecto, no es una alianza para mejorar la locomoción colectiva, sino para obtener grandes ganancias, y para aumentar la explotación de los trabajadores.
La solución de este gran problema, pasa por que el Estado se haga cargo de la locomoción colectiva y que ponga en funcionamiento trenes suburbanos. Las líneas férreas existen, sólo falta la voluntad política para llevar adelante este verdadero progreso.
Lógicamente hay otras medidas que se deben tener en cuenta y que se deben realizar estudios serios, por organismos competentes, como las “U” estatales por ejemplo.
Y no el transantiago que va en contra de la población.
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