miércoles, diciembre 14, 2005

La segunda vuelta

Vamos a la segunda vuelta


Ha terminado la primera etapa, de la elección presidencial en Chile, con los resultados, más o menos previstos por politólogos y demás gurees, que hacen nata en este largo país.
Lavin, el representante de la dictadura fue derrotado en toda la línea, no sólo salio tercero, sino que al mismo tiempo, perdió la dirección de la Alianza, que ahora tiene un nuevo líder, el señor empresario Piñera, lo que no es poco decir.
Piñera trato por todos los medios de distanciarse de Pinochet, de alejarse de los elementos más comprometidos con la dictadura, según él, es humanista cristiano. Lucho con pasión para sacarse el lastre que lleva la derecha, los crímenes de la dictadura. Por esa posición sufrió los ataques, de los representantes de Pinochet, que muchas veces eran para hundir buques, le intervinieron el teléfono, lo bajaron de mala forma, como candidato a senador por Valparaíso e impusieron al Almirante Aranciabia. Pinochetista, que participo como dirigente de la dictadura.
Piñera, su tesis era sacarse la mochila, por lo demás pesada, de torturados, asesinados, desaparecidos, exiliados, su idea era que la derecha debía renovarse, sacudirse del lastre. En verdad en parte lo logro, pero nadie puede obtener una victoria limpia. Necesita los votos de los pinochetista, de tal manera que su nuevo comando, esta compuesto por algunos de ellos y eso todo el mundo lo sabe. El mismo Lavin es un hijo predilecto de Pinochet, escribió el libro “La revolución silenciosa” donde alabó sin medida la obra del golpista.
El general Villarroel, a nombre de los uniformados en retiró, le exige un compromiso con ellos, con la apariencia de pedidos gremiales, pero que en definitiva es lograr la amnistía, para los que participaron en crímenes de lesa humanidad.
El dicho popular dice “Dime con quién andas, y te diré quién eres”.
Por último, recuerdo cuando era joven, en las ferias y plazas, llegaban hombres, que vendía de todo, traían una gran culebra, que se la colgaban al cuello, eran los famosos charlatanes, que engañaban a la gente vendiéndoles ungüentos mágicos, que curaban todos los males. Cuando lo veo, en la TV, prometiendo que solucionará todos los problemas, los veo a ellos.

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La derecha y sus cuentos