¡Estamos en peligro!

En mi opinión vivimos una etapa en el mundo, muy, pero muy compleja, difícil predecir que sucederá en cualquier momento. Las grandes potencias, sobre todo EE.UU. Juegan un poker presionando a los rivales con jugadas difíciles de prever, como estirando la cuerda lo más posible, tensándola al máximo. Supongamos, por que puede pasar, que algunos no piensen que no es un farol y responda con todo los tiene a mano ¿quién saldrá ganando? ¿quienes sobrevivirán? Son preguntas que no se ponen sobre la mesa, al parecer a nadie le preocupa el futuro de la humanidad. La idea democrática de no injerencia en los asuntos internos de los países, se ha perdido entre los papeles de la burocracia mundial y los intereses de los países poderosos priman por sobre cualquiera otra consideración. La disputa por las fuentes de materias primas sigue en primer plano. La supuestas de falta de democracia, de poseer armas químicas de destitución masivas, de tener presos de conciencia, de no respetar los derechos humanos, fueron usados y son usados para agredir, invadir a países que tengan petroleo, coltan, litio etc, etc. El medio oriente sean destruidos países completos, Irak, Libia, Argelia, Yemen, ahora se destruye Siria. También el imperio quiere transformar el continente de América en un continente de guerra y destrucción, desangrar países, dividir a los pueblos, someterlos a los designios del imperio, es lo que tratan de hacer en Venezuela, con la anuncia de la OEA. Hasta hoy día no han podido llevar a cabo, sin embargo la posible aplicación de la carta democrática a Venezuela, permitiría la intervención de los EE.UU. invadir la patria de Simón Bolívar. En Ecuador tratan de atizar un conflicto con el desconocimiento del resultado de las elecciones, el candidato perdedor señor Lasso llama a sus partidarios a revertir el resultado en la calle y sus protestas no son pacificas, son violentas al igual a las que realiza la oposición en Venezuela. Este es le feo panorama del mundo y la región. La unidad de las fuerzas democráticas y de las fuerzas progresistas son lo único que puede frenar este empeño belicista del imperio.