miércoles, enero 18, 2017

Libertad de Carlos López Ribera ¡Viva Puerto Rico Libre!
Después de años de la solidaridad internacional, promovida por muchos países se logró la libertad de Carlos López Ribera, independentista puertoriqueño, preso hace 35 años por el gobierno de los EE.UU. Rivera nació en San Sebastián, Puerto Rico, donde su familia residió hasta que tenía 14 años, momento en el que se trasladaron a Chicago. En su juventud fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos para participar en la Guerra de Vietnam, donde fue condecorado con la Estrella de Bronce. A su regreso a Chicago, se hizo parte de los esfuerzos para poner fin a la brutalidad policiaca, obtener vivienda, educación adecuada y justicia económica, y se unió a la lucha por otros asuntos de justicia social. Además, ayudó a fundar una escuela secundaria alternativa para la juventud puertorriqueña, lo que es ahora la próspera Escuela Secundaria Puertorriqueña Dr. Pedro Albizu Campos, el Centro Cultural Puertorriqueño y veinte organizaciones comunitarias, proyectos, leyes, programas de salud pública, educación, escuelas, vivienda.18 Estableció esfuerzos de base con poblaciones indígenas, latinoamericanas y afroestadounidenses. Tras su regreso a Chicago, lugar de residencia de su familia, se integró a la lucha y defensa de los derechos de los puertorriqueños. Fue un organizador comunal destacado y como parte de sus intentos para mejorar las condiciones de vida de su comunidad participó en actos de desobediencia civil y de militancia pacífica.19 20 Posteriormente, en 1976, pasó a la clandestinidad formando Posteriormente, en 1976, pasó a la clandestinidad formando parte del Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN) y participó en la organización. En 1981 fue capturado por el FBI acusado de conspiración sediciosa, uso de la fuerza para cometer robo, transporte interestatal de armas de fuego y conspiración para transportar explosivos con la intención de destruir propiedad gubernamental. Al momento de su captura reclamó para sí la condición de prisionero de guerra, amparado en el Protocolo I de la Convención de Ginebra de 1949e acuerdo con el protocolo, un prisionero de guerra no puede ser juzgado como un criminal común, mucho menos si la causa de tal procedimiento descansa en actos relacionados con su participación en una lucha anticolonial. El reclamo fue ignorado por el gobierno de Estados Unidos, el cual lo condenó a 55 años de prisión federal. Luego de imputarle en prisión un caso de un supuesto intento de fuga el cual se convirtió en una sentencia de 70 años, 12 de los cuales los pasó en aislamiento total. Una libertad esperada por todos los luchadores del continente.

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