miércoles, enero 22, 2014

Museo de la Memoria
De nuevo visité el Museo de la Memoria y Derechos Humanos. Un monumento extraordinario, que nos recuerda los violentos y dramáticos sucesos, los sufrimiento del pueblo chileno ocurridos desde el cruento golpe de Estado de 1973. Visitar sus diferentes dependencias, es instructivo y doloroso. Nos habla de una época en que se desató la violencia en contra de nuestro pueblo por haberse atrevido a pensar en un mundo mejor, por construir un camino propio de democracia, de participación del pueblo y y soñar con una nueva sociedad. Surgen de sus fotos, de sus documentos, de sus vídeos, miles de tragedias, desapariciones, torturas, violaciones, separaciones. También vemos diferentes objetos realizados por los detenidos como bolsos, chalas, artesanías y canciones. Actividades que los ayudaron a soportar las detenciones en difíciles condiciones. Muchas personas detenidas no han sido encontrados, aún falta justicia, muchos torturadores y los autores intelectuales del golpe están libres. Están las fotos de algunos amigos míos. Humberto Castro trabajador de imprenta Horizonte, Héctor Velásquez obrero asesinado en Buenos Aires, en la operación Cóndor, Hernán Quilagayza tipógrafo asesinado en Lota, cuyo cadáver apareció destrozado en la playa. Cada uno de ellos una tragedia familiar, de familias destruidas, sueños colectivos destruidos. Esta presente también la gigantesca ola solidaria de todas partes del mundo, de remotos lugares. Me llamó la atención la historia de Jorge Peña Hen. Músico director de orquesta, compositor, fundador en la ciudad de la Serena de la Orquesta Sinfónica de niños, 90 niños y niñas, de familias de pocos recursos. Su objetivo era la masificación de las artes musicales. Que los niños tuvieran la oportunidad de conocer y disfrutar la música y de esta forma incorporarlos al progreso de la sociedad. Es hermoso ver la foto de la orquesta de niños, concentrados, ensimismados, cada uno con su instrumento, brindando un concierto único e inigualable. Mientras estaba detenido escribió una carta a su familia, de la cual transcribo una parte. “Presiento que mi fin está próximo, que mi fin material no tardará en llegar, así como el fin de mi atormentada vida interior ya ha sucedido. He querido por tanto, escribirles este póstumo mensaje, lo cual creo que me aliviará y permitirá afrontar con entereza la dura prueba” Este es el hombre humanista, solidario, amante de su gente, de su pueblo. La dictadura fascista pensó que era un peligro, por que ayudaba a la sociedad. Fue asesinado junto a otras 14 personas en La Serena, cuando pasó la Caravana de la Muerte. Se destruyó la orquesta, se tronchó el futuro de los niños, se oscureció la patria. Hay que visitar este museo, esta allí gran parte de nuestra tragedia, de lo que hizo la derecha chilena y el imperialismo, que desataron los cuatro jinetes del Apocalipsis en muestra patria.

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