jueves, agosto 22, 2013

El pasado vuelve
El 11 de septiembre se conmemoran 40 años del cruento golpe de Estado en nuestro país. Que algunos eufemísticamente llaman “pronunciamiento militar” y después “gobierno militar” y no dictadura militar que violo todos los DD.HH. que lleno el país de campos de torturas, de desaparecidos, exiliados. Aplicando el terror como método de dirección de la Nación. A su vez hay otros que dicen “que todos somos culpables” de lo que paso el año 73. es la forma de decir si Uds. no hubieren tomados tales medidas, no hubiera habido golpe de Estado. Se confunde las cosas al extremo, la mayoría del país no participo en la reunión de los 41 presidida por Kissinger, en la cual se planifico y financio la derrota de la UP. Para impedir la realización del gobierno en su lucha por recuperar nuestras riquezas básicas. La pregunta ¿nacionalizar el cobre fue un error? La mayoría de los chilenos fueron culpables por apoyar esta importante obra de soberanía impulsada por el movimiento popular. La orden dada por Kissinger para dar el golpe de Estado no obedeció a errores de la UP. Sino que principalmente a que los intereses de EE.UU. y de los grandes empresarios se vieron en peligro. El gobierno popular se había convertido en una amenaza no sólo en el país, sino que se transformaba en ejemplo para el resto de América Latina, ante esto el imperialismo puso todo para impedir el desarrollo del socialismo a la chilena. Hay sin embargo algunos más audaces piden que se olvide el pasado, para poder continuar desarrollando el país, que solo con la paz es posible avanzar, si se mantienen los resquemores, los odios, existirá el caos, el desorden. Pero el pasado, sale a cada paso, cada día, de Lonquén, de Caldera de los rieles recogidos del fondo del mar, del patio 29, de Ritoque, de libros enterrados en los patios, de Dawson, de Chacabuco, y ahora reaparece el niño al cual le asesinaron a sus padres y lo entregaron a las monjas en la Serena, cómplice de ello el ex general Cheyre, que hoy dice que no sabía nada, como muchos de lo oficiales de las FF.AA. que han negado su participación en la represión y persecución de los trabajadores en dictadura. El pasado marca el vida nacional con fuerza, a pesar de que son ya 40 años del golpe, sus efectos aún están presentes, sin justicia no habrá olvido. La derecha eligió como su abandera a la presidencia a la hija del general golpista Mathei, como si ella no tuviera nada que ver con las acciones realizadas por los militares en el país. Ella a defendido y defiende lo que llaman la “gran obra” del gobierno militar, es cierto, dicen que se cometieron errores, pero el éxito en la economía es evidente recalcan con satisfacción. Lo que no explican es que la brecha entre unos pocos ricos y la mayoría del país es cada vez más abismal, la riqueza se ha concentrado en pocas manos, que son los dueños del país, del agua, del cobre, del mar, de la tierra. Disponen de la economía, todo esta a su servicio, han desmantelado el Servicio Nacional de Salud, en la práctica la mayoría de los consultorios no tiene especialista, los pacientes se les da interconsulta, que demora meses en llegar, no hay remedios. Los usuarios que están graves tienen que recurrir a la medicina privada para obtener atención, estos problemas no lo mencionan para nada y ahora con nuevo gobierno de derecha ellos serán superados. Para cambiar el país es necesario llevar a cabo Una verdadera reforma tributaria, que aplique impuestos reales a los que obtienen grandes ganancias, que lleve a cabo el fin del lucro en la educación y que esta pase hacer un derecho social y naturalmente el cambio de la constitución pinochetista, por una discutida democráticamente por todos los chilenos, una constitución en la cual estén representados todos los sectores nacionales, incluidos los pueblos originarios, que defienda los intereses nacionales y no a grupos de poder. La nueva Mayoría es la única que realmente ofrece esta perspectiva, en el gobierno, en el parlamento y en la calle, en las movilizaciones de los trabajadores por sus derechos.

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La derecha y sus cuentos