martes, noviembre 01, 2011

¿Paz social?

El gobierno pide con insistencia la convivencia social, el fin de la violencia. Pero desea una sociedad donde todo lo que plantee sea aceptado, se diga amen. Quieren una sociedad sin contradicciones, sin oposición, lo que no se da en ninguna parte del mundo. Si bien es cierto están en el gobierno, no recuerdan que fueron elegidos para gobernar a todos los chilenos y no para un grupo selecto de empresarios. No hay duda que lo último lo hace bien, privatizando servicios básicos, agua, energía, permitiendo que las grandes mineras del cobre no paguen impuestos. Además en forma totalmente anti patriótica no aplican la ley vigente, que nacionalizo el cobre, y con martingalas han entregado la riqueza de todos los chilenos a las compañías extranjeras. Favorecen el proyecto Hidroaysén, a Endesa y Colbún, actualmente en manos españolas y otros proyectos que sólo entregan ganancias a grandes empresarios. El gobierno ha enviado un proyecto de ley para impedir cualquier tipo de protesta, de movilización, argumentando que no tiene las herramientas necesarias para salvaguardar el orden público. Su fin es continuar aplicando su política neoliberal hasta las últimas consecuencias. Han argumentado que la educación y la salud son medios de consumo, por los cuales todos debemos pagar. Educación es lo que debe entregar la sociedad a los ciudadanos. Para luego servir al desarrollo de si misma, sino la sociedad se estancaría. El gobierno hace oídos sordos a las movilizaciones de los ciudadanos por lograr mejorar sus niveles de vida. Se exige una educación de calidad impartida por el Estado, un plebiscito para cambiar la Constitución pinochetista. El gobierno desvía la atención hacia la violencia generada por las protestas, son incapaces de solucionar los grandes problemas nacionales. Se levantan iconos a los cuales hay que rendirles pleitesía, independientemente si actúan bien o mal.: El Senado, la Cámara de Diputados, la Presidencia. Un hecho simple, la irrupción de un grupo de muchachos a la sala que tiene el Senado en Santiago, ha sido interpretada como un crimen contra las instituciones. Los republicanos se han ofendidos, los mismos que apoyaron el bombardeo de la Moneda, que conspiraron contra el Gobierno Popular, rasgan vestiduras y piden sin decoro alguno la renuncia del presidente del Senado señor Girardi porque no reprimió a los jóvenes. Y en estas discusiones peregrinas se trata de esconder las luchas contra el lucro, la educación gratuita y de calidad, el reforzamiento de las Universidades Estatales entregándoles un presupuesto acorde a su aporte a la Nación. El respeto no se gana por decreto, el titulo indica que se tiene, pero la práctica es la que determina si los que ocupan altos cargos son dignos de ellos y hasta ahora por la forma de gobernar, muchos y en especial el gobierno, que promete una cosa y hace otra, no cuenta con la simpatía de la mayoría de la población y de ahí su magro 27% de apoyo. En el Senado por más de 20 años de la Concertación y ahora en este periodo del gran empresariado gobernando, no ha dictado ley alguna que favorezca al pueblo y a los trabajadores chilenos, todas están enmarcados con la letra chica. Se aplico lo que se llamo el consenso, cuestión que perjudico al pueblo en todo. Para que exista la convivencia social es necesario en primer lugar satisfacer las necesidades de la mayoría de los chilenos, tener una Constitución en que estén representados todos los sectores sociales y los pueblos originarios, un gobierno que tenga un plan de desarrollo nacional, que permita ir superando los problemas actuales como pobreza, desarrollo e industrialización.

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La derecha y sus cuentos