jueves, septiembre 02, 2010

Septiembre 2010


Llegó septiembre, es un día frío, con escarchas y sol que alegra la vida. Pero viene con una gran sombra, tal vez con crespones negros, que perturba la conciencia de la mayoría de la gente: la huelga de hambre de los comuneros mapuches, ya van 52 días. El gobierno imperturbable aún no es capaz de dar una solución negociada, de impedir que el deterioro los lleve a una muerte segura. Son varias organizaciones, las iglesias, el parlamento, los partidos políticos, la CUT que exigen una real mesa de dialogo. Esto tiene que ser hoy, mañana puede ser demasiado tarde.
El mes de septiembre, mes de la Patria, al parecer se irá con la vida de los que luchan por sus derechos conculcados. Septiembre es un mes lleno de alegrías, y de amarguras.
El 4 de septiembre de 1970 ganó las elecciones el pueblo de chileno, derrotando a la derecha. No fue una victoria fácil hubo que vencer la más feroz campaña anticomunista, impulsada por EEUU. El pueblo se volcó a las calles y avenidas a celebrar. Una victoria conseguida con lágrimas y sudor. En ninguna parte las fuerzas democráticas y revolucionarias habían obtenido la victoria por medios de elecciones, con un programa de nacionalizaciones, reforma agraria, industrialización, un medio litro de leche para todos los niños.
Cuando alguien dice que en este Bicentenario no hay nada que celebrar, yo pienso en ese 4 de septiembre y mi corazón da un brinco de alegría.
Hoy es otra realidad, sabemos que lo que obtengan los trabajadores será con mucho esfuerzo y unidad. Estamos en un gobierno de derecha, que todos los días promete algo, pero no cumple. Ellos dominan a la perfección la propaganda que esta en sus manos.
Muchos se encandilaran con sus promesas, pero los trabajadores deben tener claro que ellos sólo beneficiaran a su clase política, o sea a los empresarios.
En este Bicentenario debemos destacar a quienes lucharon por el pueblo de Chile, dieron su vida trabajando en beneficio de los trabajadores.
El gobierno del Frente Popular industrializó el país y el gobierno de Salvador Allende conquistó para el país la mayor riqueza que tenemos: el cobre, permitiendo recursos para la mayoría de la población.
No debemos olvidar tampoco a muchos dirigentes que aportaron al desarrollo de una ciudad o población, en sus sindicatos, colegios o centros comunitarios.
Este país se ha construido entre todos, con el esfuerzo de muchos, especialmente de los trabajadores de nuestro país.

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La derecha y sus cuentos