
La visita relámpago que hizo el Presidente a nuestra región, dejo varias cuestiones en carpeta, que naturalmente deberán resolver las autoridades de la zona. Se quiere hacer ver que el Presidente es ejecutivo y que resuelve rápidamente los problemas y deja tareas con plazos perentorios.
Hay que construir la doble vía Temuco-Labranza, aunque sabemos que este proyecto, estaba en carpeta en el gobierno anterior.
Pavimentar el camino de a … b
Arreglar los caminos que van a las comunidades.
Dio un plazo de 30 días para dialogar con las fuerzas vivas, sobre el plan Araucanía, plan que naturalmente nos sacara de la postración en que se encuentra la región, pero que aún nadie conoce. Algunos creen que es sólo para el pueblo mapuche, otros que es para el desarrollo de toda la región.
La guinda de la torta fue, “Hoy día, en el corazón de La Araucanía, hemos firmado la urgencia para que la reforma constitucional que otorga un reconocimiento al aporte, a la identidad y a la cultura de nuestros pueblos originarios, sea una realidad”.
Dentro de las medidas que también se dio a conocer la formación de un consejo de ministros que permitirá brindar un enfoque multisectorial a la temática. Esta instancia estaría conformada por el futuro Ministerio de Desarrollo Social, además de los ministerios Secretaría General de la Presidencia, Interior, Relaciones Exteriores, Educación, Economía, Bienes Nacionales, Agricultura y Cultura. “Nuestro compromiso con esta Agencia Nacional de Desarrollo Indígena es que sea un compromiso que se cumpla en todas las esferas, en la cultura, la educación, la salud, la infraestructura, las obras públicas”.
Todo esto no tiene nada que ver con las aspiraciones de los pueblos originarios, en lo político, territorial, económico, social, cultural y espiritual.
Porque no se reconoce constitucionalmente la existencia de los pueblos originarios. Reconozcamos que somos un Estado multiétnico, plurinacional.
Además todos estos anuncios, como la Reforma Constitucional, la Agencia para Asuntos Indígenas etc. Son realizados al margen de lo que exige el convenio 169 de la OIT, que dice que cualquier medida en que estén involucrados los pueblos originarios, debe ser consultada y aprobada por ellos, y puede constituirse en norma o ley, según sea el caso.
Vemos que lo planteado como solución por el gobierno sólo tiene en cuanta los intereses del empresariado y no los intereses de quien dice representar.
No podemos dejar de lamentar que hoy, las diferentes organizaciones mapuches existentes se encuentran divididas (aunque esto también ocurre con los trabajadores) y de esto se aprovecha el gobierno para no dar solución a los problemas de los pueblos originarios.
La organización y participación de los pueblos originarios es la única forma de asegurar éxito en sus demandas.
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