La ofensiva empresarial

Al Qaeda, de alguna forma se ha transformado en una especie de mentolato, o sea que sirve para toda ocasión y cada vez que el tío SAM lo requiere acude a él. Con él se explican todas las medidas restrictivas contra de la libertad. ¿Quiere UD terrorismo o democracia?
Ahora Bush va de gira por el medio oriente, a Jerusalén y otros países amigos. Por esos días el sistema de seguridad será a todo dar, toque de queda, restricciones para circular por las calles, militarización de la ciudad, temiendo las manifestaciones populares. Pero se nos informa que estas medidas son debido a las amenazas de Al Qaeda.
El gobierno de Pakistán entregó la información que Al Qaeda fue el que asesinó a la ex primera Ministra. Sin embargo el pueblo desconfía de esta versión culpando al gobierno. Es bastante extraña esta situación.
En Chile tampoco nos quedamos en minucias y el ataque al gerente de Trayenko fue atribuido a la coordinadora Arauco-Malleco. Se basa esta acusación en cuatro o seis panfletos encontrados en el lugar con la palabra CAM.
Inmediatamente el vocero de Trayenko amenazó al gobierno; “Como extranjeros llegamos a invertir a este país justamente por su marco regulatorio y su certeza jurídica. Sin embargo, creemos que a pesar del respeto que nosotros hemos demostrado por el país, sus instituciones y muy especialmente sus personas, no contamos con el mínimo de seguridad para garantizar nuestra integridad personal, y mucho menos nuestras futuras inversiones", afirmó Huseby, leyendo un comunicado.
Un desconocido con dos disparos amedrentaron a esta gran compañía, pero no por esto diremos que no existe seguridad en el país. Hay una canción de Los prisioneros, que dice “que se vayan del país” eso sería lo mejor.
¿Qué están pidiendo los empresarios? Y no sólo el señor Huseby, también el señor Ovalle. Exigen que se aplique con fuerza el Estado de derecho, la ley antiterrorista en contra de los mapuches y los trabajadores.
Represión, ante el avance de los trabajadores, que con su movilización, exigirán mejores condiciones de vida y salarios justos.
Ni el gobierno, ni los señores empresarios (grandes) desean encontrar una salida política, que favorezca las legítimas aspiraciones de los chilenos.
Hay que unir fuerzas para que las soluciones tengan en cuenta los verdaderos intereses nacionales. Sólo unidos se podrá detener la represión que exigen los grandes monopolios.