miércoles, abril 25, 2007

Otra tragedia en el sur

Terremoto


Somos una larga y angosta faja de tierra, somos un largo país, donde hay cualquier tipo de climas. Lluvioso en el sur, seco en el norte y con grandes catástrofes cada cierto tiempo, terremotos, maremotos, lluvias torrenciales, sequías prolongadas, ahora hubo un terremoto en Aysen, grado 6 en la escala de Richter, el día sábado 21 de Abril.
Las autoridades y los medios de comunicación dieron los grados del sismo en la escala Mercali (mide la sensación que tienen las personas) y sólo 10 desaparecidos y nada más. Era otro temblor de los tantos que vienen sucediendo desde enero. Se especula que puede ser un volcán submarino o que la placa tectónica esta presionando el continente en la parte austral del país.
Después de varios meses de sentir un enjambre de temblores, la sensibilidad de la gente esta a flor de piel, el miedo es cosa viva. Este nuevo sismo de 6 grados provocó pánico en la población. Una de las laderas del fiordo, cayó al mar, lo que produjo una ola de unos 10 metros, según algunos, otros la vieron mucho más grande. El alcalde que andaba en una lancha, en esos momentos fue llevado unos 500 metros tierra adentro. El puente colgante general Ibáñez se vio en la TV como cimbraba y como la ola arrastraba todo a su paso.
Las autoridades discuten si fue tsunami, maremoto o sólo marejada, como si esto tuviera alguna importancia para los que perdieron casas, familiares o sus animales. La Presidenta fué a la zona. Inmediatamente la derecha criticó, que era un error haber ido, pero si no hubiera ido igual la criticarían. El asunto es que hay que solucionar los problemas que deja el sismo y prever lo que pueda venir, por que aún no hay nada seguro sobre lo que vendrá. Hay que tener en cuenta que hace dos años hubo un fuerte terremoto en el norte del país, en la zona cordillerana y aún lo que se derrumbó esta en el suelo, antiguas iglesias construidas por los españoles, monumentos históricos etc.
En la posta de Aysen no había ambulancia ni medico, la gente vive a la buena de Dios. El estado chileno es absolutamente centralizado, todo se decide en la capital, la Constitución heredada de Pinochet conserva todos los poderes como una monarquía, la participación de la ciudadanía, es sólo en las elecciones.
Somos un Estado señero en la aplicación del sistema neoliberal y la actuación de las autoridades y de todos obedece al sistema, a su impronta. Así que el gobierno, con su ministro de Hacienda, determina que favorece al mercado. Los pobladores de un fiordo tan alejados del centro del país, no tienen importancia a no ser que sea mediática, entonces por algunos días están en la primera plana de los medios de información.

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