El gran candado

Los movimientos sociales el año pasado exigieron además de sus demandas específicas, el cambio de la Constitución del 80, la renacionalización del cobre, poner fin al sistema binominal que impide la representación de diversos sectores en el Parlamento. La actual Constitución que nos vigente ha hecho muy difícil que se pueda aprobar leyes que favorezcan a los trabajadores. La ley binominal que rige las elecciones ha permitido que cada bloque político elija un parlamentario, lo que impide que entren otros sectores al parlamento y todo se mantenga igual. Las explicaciones que ayer satisfacían a muchos sectores hoy no convencen. Las cosas sin embargo han cambiado, parte importante del país a raíz de las movilizaciones sociales esta adquiriendo conciencia que deben ser escuchados y ser parte de las soluciones que el país necesita. Las reivindicaciones de los movimientos sociales tendrán que ser tomadas en cuenta por el nuevo gobierno que asuma. Los ciudadanos han despertado y no están de acuerdo a volver a su papel pasivo. Ahora las exigencias son mayores, el país quiere participación, nada de acuerdo entre cuatro paredes, nada del famoso consenso, practicado con éxito por la Concertación y la Alianza, que sin tener en cuenta a la mayoría han dictado leyes que permiten la depredación del país, y la acumulación de la riqueza que produce la nación en pocas manos. Necesitamos un programa de gobierno, que diga que hará en los próximos 4 años, que se comprometa a mejorar la educación pública, y para ello es necesaria una real reforma tributaria que proporcione el dinero para llevar a cabo los gastos que el país necesita. La salud no se puede continuar con la privatización actual. Las propuestas de los candidatos deben ser concretas. Decir en cuanto se aumentara el presupuesto en salud, de tal forma de mejorar realmente la atención en los consultorios, en las urgencias y en los hospitales. La gente ya no desea saber que en el futuro lejano se resolverán sus problemas, sino que desea ver ahora la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida y participar en la construcción de la nueva sociedad, no más palabras, no más promesas Sin la participación y la consulta permanente a la gente No se ira a ningún lado y continuaremos bajo el dominio de los intereses de los grandes monopolios.